Vidrieras
Un encargo venido de Flandes
Existe constancia documental en el Libro Becerro de la llegada del conjunto de vidrieras desde Flandes en 1484 encargadas por Martín de Soria, postergándose su montaje hasta el año 1488 cuando Simón de Colonia ultima la construcción de las bóvedas del templo.
La importación de vidrieras, tapices, esculturas o pinturas de la región de Flandes a finales del siglo XV era una constante habitual. A su vez, en dicha cronología comienzan a llegar artesanos procedentes de los Países Bajos a España, propiciando las conexiones artísticas entre ambos territorios. El foco castellano posee gran relevancia por las vinculaciones políticas y económicas que la ligaban a los Países Bajos. Burgos se convirtió en uno de los principales centros artísticos de Castilla desde la que se irradiaron las nuevas tendencias en la vidriera hispanoflamenca, a partir de los talleres de Arnao de Flandes, Juan Valdivieso, Diego de Santillana, Alberto de Holanda, Nicolás de Holanda o Juan de Arce.
Niacles Rimbouts
De las trece vidrieras figurativas o historiadas que se conservan en la Cartuja, diez de ellas han sido atribuidas a Niacles Rimbouts, uno de los vidrieros más famosos de los Países Bajos de finales del siglo XV y principios del siglo XVI, conocido por la calidad de las piezas salidas de sus talleres que se exportaron a numerosos países europeos, especialmente Francia, Inglaterra, Italia y Alemania.
Rimbouts se formó con el vidriero Niclaes van Goethen, estableciéndose de forma independiente hacia 1480 en Lovaina. Hacia 1485 deja Lovaina para instalarse en Bruselas, siendo ya un vidriero plenamente formado que entra a trabajar en la corte de los Habsburgo. A pesar de su fama, no ha sobrevivido otro conjunto de vidrieras del autor anterior a 1503, confiriéndole a las vidrieras de la Cartuja la importancia de ser las más antiguas conocidas y conservadas de toda su producción. La factura de las vidrieras está a la altura de otros conjuntos hispanos del S. XIII y XIV, como las de la Catedral de León, el monasterio de Pedralbes y las catedrales de Girona, Barcelona, Sevilla y Toledo.
La atribución de las vidrieras a Niacles Rimbouts viene justificada por la detección de la firma del autor en algunas de las vidrieras de la Cartuja (“CLAS LVEVEN”, “CLAES ROMB”, “NICOLAE ME FECIT”…), que vinculan su procedencia a la ciudad de Lovaina y son de idéntica factura a las localizadas en las vidrieras de Sant Waudru en Mons (Bélgica), identificadas por Jan Helbig en 1937. Pese a la firma, no podemos identificar el nivel de participación del autor pudiendo haber oscilado entre la elaboración de bocetos o cartones a la realización directa de las vidrieras y su montaje. Sin embargo, la calidad de la factura sugiere que no se trata de un artista principiante y que Rimbouts sería el responsable del diseño de las ventanas, señalándose como posible taller el de su cuñado Hendrick van Diependaele, con el que había trabajado anteriormente.
El programa iconográfico
Los motivos iconográficos representados en las vidrieras muestran escenas de la vida de la Virgen y de la Pasión de Cristo que se distribuyen a lo largo de la nave del tempo y el ábside, aunque su disposición actual no se corresponde exactamente con la original.
Veremos a continuación algunas referencias iconográficas, según la ubicación de las vidrieras en el templo:
- Vidrieras del ábside:
- La Presentación en el Templo: siguiendo el relato de Lc. 2, 22-40 la Virgen presenta en el templo a su hijo Jesús, que observa sentado al sacerdote Simeón. Tras ellos, San José en el centro portando tres pichones enjaulados como ofrenda. El detallismo de la figuración flamenca se observa en detalles como el perro del panel inferior, conectando la escena con la vida cotidiana, y la decoración litúrgica del templo del panel superior.
- La Coronación de la Virgen: María aparece siendo coronada por la Santísima Trinidad: a la izquierda Dios Hijo (Cristo, con la corona de espinas y el torso descubierto) y a la derecha Dios Padre (con barba y manto rojo, sosteniendo la esfera del mundo). Los ángeles la sostienen en el aire, generado la impresión de ascensionalidad en lo que puede ser un precedente iconográfico de la Asunción de la Virgen María a los cielos, dogma proclamado en 1950.
- La Adoración de los Magos: Tras el nacimiento de Jesús, unos magos de oriente acudieron a adorarle (Mt. 2, 1-12). En el centro de la escena se encuentra la Virgen con el Niño en sus brazos inscrita en el pesebre. Los ángeles sostienen una filacteria decorativa, mientras que la presencia de la mula y el buey acompañan el despliegue temático de la Natividad.
- Vidrieras del muro izquierdo:
- La oración en el huerto (ver imagen derecha): a pesar del título, en la vidriera se desarrollan dos escenas sucesivas. La primera, la oración de Cristo en el Huerto de los Olivos, que ocupa el espacio central e inferior de la vidriera. Jesús reza de rodillas en el plano central de la vidriera sabiendo que ha de beber el cáliz de la pasión (representado en la parte superior); mientras, los discípulos más allegados que acompañaban a Jesús (Pedro, Santiago y Juan) caen en sueño. La segunda escena sucede a la primera y representa el beso de Judas cuando éste entrega a Jesús a los judíos, que puede contemplarse en el marco superior izquierdo.
- La flagelación: La escena que da nombre a la vidriera es la representada en el primer plano. Jesús aparece situado en el vano central con las manos en la espalda y atado a la columna, mientras es azotado por dos hombres con látigos. Delante y a la derecha, la figura de Poncio Pilato, en cuya casa se desarrolla la flagelación, y un personaje vestido de rojo que se ha identificado por algunos como Herodes. Otra escena se encierra en el plano superior central, oculta por la columna de la flagelación: la comparecencia de Jesús ante Pilato, que cronológicamente se desarrolla antes que esta.
- La coronación de espinas (ver imagen inferior): Según relatan los Evangelios, tras la flagelación le quitaron las ropas a Cristo y le pusieron un manto color púrpura, y trenzando una corona de espinas se la pusieron burlándose de él mientras gritaban “Salve, Rey de los Judíos” (Jn. 19, 2). Este es el tema central de la escena representada, en la que vemos las lancetas de los soldados hundiendo la corona sobre la cabeza de Cristo. Dos escenas secundarias pueden parecer desapercibidas en la parte superior: a la izquierda el Ecce Homo (la presentación de Jesús ante el pueblo); a la derecha Pilato acompañado de su mujer, quien le confiesa los sueños que ha tenido donde Jesús se le revelaba como inocente.
- El camino del Calvario: Cristo portando la cruz a cuestas con la túnica azul ocupa el panel central de la vidriera. Detrás de él y en el panel izquierdo le acompaña la turba en el camino hacia el Calvario. En el lado derecho, la Virgen María, Juan y María Magdalena siguen a Jesús en sus últimos pasos, junto con Verónica que sostiene la Santa Faz, el paño con el que secó el sudor de Jesús y en el que se quedó imprimado su rostro. En el cuadrante superior derecho se muestra la escena inmediatamente posterior, cuando después de despojarlo de su túnica le clavan en la cruz antes de alzarlo.
- La crucifixión: La cruz con Cristo muerto ocupa el centro de la vidriera, situándose a ambos lados el buen y el mal ladrón en sendas cruces. Sobre la Cruz, la paloma del Espíritu Santo confirma que era el Hijo de Dios. En la parte inferior y abrazada al madero la figura de la Magdalena, en pleno llanto. En el lateral izquierdo la Virgen María es consolada por Juan, el discípulo amado de Jesús. Detrás de ellos y ataviado con túnica amarilla, Longinos, el Centurión a punto de traspasar el costado de Cristo. En el lateral derecho José de Arimatea y Nicodemo, junto a Pilato que explica el letrero que colocó sobre la cruz, “Jesús el Nazareno, Rey de los Judíos”. La calavera que aparece en la vidriera inferior central es característica de la imagen de la Crucifixión y del Descendimiento, simboliza tanto el monte Gólgota («calavera» en hebreo) como los huesos de Adán, primer hombre, muerto por el Pecado Original que es redimido en ese momento por el sacrificio de Cristo.
- Vidrieras del muro derecho:
- El Descendimiento de Cristo (imagen derecha): Cristo muerto es desclavado de la Cruz y entregado a su madre, la Virgen. En la vidriera se aprecia la combinación de la escena del Descendimiento con la colocación en el sepulcro. María Magdalena con María la de Cleofás llevan los aceites y aromas para embalsamar el cuerpo, mientras que Nicodemo y José de Arimatea ayudan en el proceso de mover el cuerpo de Jesús, flanqueados por San Juan. La compasión de la Virgen y las miradas de los rostros hacen patente el ideal de la imagen del mundo flamenco.
- La Resurrección del Señor: Cristo Resucitado se aparece de pie sobre la tapa del sepulcro que cubría su cuerpo. Su manto rojo y la cruz estandarte que porta en la mano simbolizan su victoria sobre la muerte. A los lados de la escena duermen los cuatro guardianes que custodiaban el sepulcro, mientras que en el lateral superior derecho las tres Marías acuden a visitar el sepulcro y comprueban que Cristo ha resucitado.
- La Ascensión del Señor: la vidriera representa la escena narrada por los Evangelios, donde después de aparecerse Jesús a sus discípulos en repetidas ocasiones, les bendijo y subió al cielo. Solamente podemos ver los pies de Cristo, en plena ascensión, y sus huellas todavía adheridas a la roca de la que se eleva. En la parte inferior la Virgen con los discípulos que contemplan la escena admirados y con actitud orante. Se identifica a San Pedro en el lado derecho por ser el más anciano, y a San Juan en el panel izquierdo, como el más joven.
- Pentecostés: después de la Ascensión, Cristo entregó a sus discípulos el Espíritu Santo que acudió a ellos en forma de paloma que hizo descender sus dones sobre ellos en forma de rayos de fuego. La Virgen María, en el centro del grupo, está representada como madre de los discípulos con actitud orante y con un libro en su regazo. El apóstol Juan se identifica por la cartela en el borde del manto del personaje joven del lado derecho. A su vez, todos los discípulos poseen nimbos en sus cabezas en señal de santidad. El escudo
- El Juicio Final (imagen derecha): la última escena recogida en las vidrieras es la narrada en el Apocalipsis de San Juan. El Hijo del Hombre se manifiesta entre las nubes con gran poder y gloria como narra el Nuevo Testamento, sentado y dispuesto a juzgar con la mano derecha levantada. San Juan Bautista y la Virgen María acompañan a Cristo, de rodillas y en actitud orante por el género humano conformando la iconografía de la Deesis (gr. «plegaria»). Un grupo de ángeles tocan las trompetas resucitando a los muertos que resurgen juntos de sus tumbas como mortajas.
Estudio técnico, restauración y conservación
Las vidrieras de la Cartuja de Miraflores han sido restauradas entre los años 2003-2006 por el equipo de Vidrieras M3, permitiendo asegurar su conservación y recuperar gran parte de su belleza primitiva. Durante el proceso, se encontraron ante un excepcional conjunto de vidriera histórica de emplomado tradicional y de extrema fragilidad. Los vitrales estaban constituidos por numerosas piezas de vidrio unidos a una estructura formada por una red de plomo con sección en H que cumple la misión de ensamblar las piezas de vidrio. En cuanto a la pintura aplicada en el vidrio, se tuvo constancia de que se trataba de pigmentos fijados mediante cocción en mufla: grisalla, amarillo de plata y sanguina. El vidrio es de excepcional calidad y color, encajando en técnica y materiales con las vidrieras flamencas.
En cuanto al estado de conservación previo a la restauración, se detectó que el vidrio se encontraba corroído debido a factores ambientales como la humedad y el envejecimiento del propio vidrio. El resultado era una pérdida de transparencia y opacidad agravándose por la acumulación de sedimentos. Además, las vidrieras del lado norte de la nave habían sufrido los efectos de una potente granizada que creó lagunas en algunas piezas de vidrio. Por su parte, en la cabecera y en el lado sur de la nave las grietas y roturas eran menores.
La restauración se fundamentó en una finalidad preventiva utilizando siempre materiales reversibles y documentando con detalle todo el proceso a partir de un estudio de cada panel, el mapeado de su ubicación y la elaboración de fotografías detalladas.