Retablo Mayor
El proyecto
El Retablo Mayor, obra de Gil de Siloé y Diego de la Cruz, se alza majestuoso al fondo del presbiterio de la iglesia de La Cartuja. Realizado en tres años, de 1496 a 1499, tuvo un costo total de 1.015.613 maravedís, cantidad bastante superior al coste de los sepulcros de los Reyes e Infante.
El oficio de escultor de Siloé tuvo que ser reforzado para la ocasión, no solo con la colaboración de su taller, sino con la mano experta de Diego de la Cruz para la policromía total del retablo. Naturalmente esto puede rastrearse por la desigual ejecución de figuras y detalles, cuestión habitual en un programa tan complejo y abundante. Es necesario destacar desde un primer momento el Crucificado, uno de los más expresivos y significativos de la Edad Media hispana.
El programa iconográfico
El tema general del retablo es la exaltación de la Eucaristía, como sacramento que actualiza el sacrificio de Cristo en la Cruz, en clara alusión con unos versos de Ambrosio de Montesinos:
«Oh, Hostia de hermosura
cuán cercada es tu figura
de los ángeles en rueda».
Desarrollamos a continuación las escenas temáticas principales representadas en las distintas partes del Retablo Mayor.
- Pináculos superiores: representan las figuras de dos santos dominicos, Santo Domingo de Guzmán y San Pedro Mártir en los flancos centrales, mientras que reconocemos la figura del profeta Isaías en el pináculo derecho. La presencia de estos santos se atribuye a la estrecha colaboración de los dominicos Fray Tomás de Torquemada y Fray Diego de Deza con la reina Isabel la Católica, promotora del retablo.
- Rueda central:
- Cristo crucificado. Una de las obras maestras de la escultura gótica, representado con un sentimentalismo muy expresivo. El papel de Diego de la Cruz en el policromado del crucificado es clave para entender la ejecución llena de laceraciones y heridas que acentúan la expresividad de la obra.
- A ambos lados del travesaño de la cruz, haciendo que lo sostienen, podemos observar a Dios Padre (izquierda) ataviado con vestiduras sacerdotales y triple corona, y al Espíritu Santo (derecha), humanizado como joven imberbe con corona imperial.
- A los pies de la cruz se sitúan la Virgen María y San Juan Evangelista, el discípulo que acompañó a Jesús en el calvario. También tenemos que destacar la presencia, sobre la cabeza de Cristo, de un bello pelícano. Dicho animal adquiere una gran simbología en la iconografía medieval, pues al no tener comida para alimentar a sus crías, se abre el pecho con su pico y alimenta a sus polluelos con la sangre de su corazón. Es un claro paralelo con el sacrificio de Cristo en la Cruz, sobre el que está colocado el animal.
- Escenas de la Pasión: ubicadas en las cuatro regiones cortadas por los brazos de la cruz de Cristo.
- Oración en el huerto: Jesús reza en el huerto evocando la pasión que va a sufrir a continuación, que toma forma en el cáliz que tiene delante (“Señor, si quieres, que pase de mi este cáliz. Pero no se haga mi voluntad, sino la tuya”). Mientras, los discípulos duermen.
- Flagelación: Cristo aparece atado a la columna, con los brazos representados en torsión. Mientas, los guardias le azuzan y Pilato contempla la escena desde el lateral.
- Cristo con la cruz a cuestas, camino del Calvario: Simón de Cirene, vestido como los doctores del siglo XV, sostiene por detrás la pesada Cruz de Cristo, quien desfallecido alza la cabeza.
- La Piedad: Cristo muerto sostenido por las mujeres y San Juan en forma de cuerpo inerte que se despliega horizontalmente en la composición. La imagen de la Virgen, turbada, permanece en sombra por el doloroso momento.
- Rueda angélica: enfocando la cruz y las cuatro escenas de la Pasión, un gran círculo formado por ángeles nos indica la importancia de lo que está representándose en su interior. Esta iconografía procede, muy seguramente, de imágenes similares en manuscritos de la Baja Edad Media. En las cuatro esquinas de la rueda se representa a los cuatro teólogos y Doctores de la Iglesia San Gregorio, San Ambrosio, San Jerónimo y San Agustín.
- Evangelistas: en las esquinas del rectángulo exterior a la rueda se sitúan cuatro nuevos círculos con los cuatro evangelistas: San Mateo, San Marcos, San Lucas y San Juan. Figuran como escribas sentados ante su atril y junto a sus seres simbólicos (tetramorfos).
- Figuras de santos de las calles exteriores: las figuras ubicadas en las calles exteriores están colocadas por parejas según su rango: profetas, papas, mártires, vírgenes y santos. En ellas podemos identificar en la izquierda a San Lorenzo y a Santa Lucía; mientras, en la calle derecha, podemos reconocer a San Esteban y Santa Bárbara. Destaca la ubicación de los diáconos en la parte superior y las santas mujeres también mártires debajo.
- Torno giratorio: por encima del tabernáculo o sagrario, se encuentra un marco que muestra diversas escenas temáticas, de acuerdo con las festividades litúrgicas. Por detrás del mismo, una rueda en forma de torno posibilita el giro de los distintos paneles, que son los siguientes:
- Natividad del Señor: la Virgen se presenta en primer plano, con San José a su izquierda. El Niño Jesús aparece alzado, con las manos juntas en plegaria y rodeado de una luz brillante, reforzada por los colores del manto de su madre que le hacen de fondo. Por la izquierda, la mula y el buey dan calor en el pesebre. Encima de ellos, el ángel está anunciando el nacimiento de Jesús a los Pastores, que se ven entrando en escena por la parte superior derecha.
- Bautismo de Cristo: la escena que da comienzo a la vida pública de Jesús en los evangelios. Cristo se representa con paño de pureza flanqueado por Andrés y Pedro; de fondo un paisaje escarpado de rocas de las que brota el río Jordán. A la derecha, San Juan Bautista de rodillas le bautiza. En la esquina superior izquierda se muestra entre las nubes Dios Padre con corona imperial y orbe, del que sale un gran haz luminoso por el que una Paloma desciende hacia Jesucristo, representando el Espíritu Santo.
- Resurrección del Señor: Jesús resucitado ocupa el centro de la escena con el sepulcro abierto detrás. Aparecen dos soldados: uno dormido y el otro compensando la figura del ángel que sostiene la capa. Por el camino del fondo se acercan las santas mujeres que van a visitar el sepulcro y se lo encuentran vacío.
- Ascensión: los Apóstoles rodean a la figura de Cristo que se eleva en el cielo y de la que solamente pueden verse los pies. María es flanqueada por Tomás y Simón (ubicados en el marco), distribuyéndose el resto de los discípulos en dos bloques a ambos lados de una montaña rocosa en actitud orante y de contemplación. Las huellas de los pies del Señor han quedado impresas en el suelo, donde aun pueden verse pese a su ascensión al cielo.
- Pentecostés: la Virgen María vuelve a aparecer presidiendo la composición visual, rodeada por los discípulos, pese a no citársela en la Biblia cuando ocurre la escena de Pentecostés. Se le representa leyendo un Libro de Horas, según la costumbre flamenca. Los discípulos en actitud orante aguardan la venida del Espíritu Santo, que se manifiesta en la parte superior central descendiendo en forma de paloma que envía rayos de fuego hacia ellos.
- Asunción de María: en esta escena se muestra el momento en el que la Virgen María es coronada y conducida por tres pares de ángeles al cielo. Es una imagen que se repite mucho en la Castilla de fines del XV y primeros del siguiente. Flanqueada por dos figurillas de los apóstoles, se piensa que pueden ser Santiago Alfeo y Judas Tadeo.
- Cuerpo inferior: bajo el tema central de la Pasión, y más cerca del altar, coincidiendo con el basamento del retablo, se suceden distintas escenas y figuraciones:
- Escudos reales: a la izquierda el escudo con las armas de Castilla y León, sobre la efigie de Juan II; a la derecha el de Portugal, en clara alusión a la reina Isabel, cuya efigie se representa en el encasamento inferior. Bajo los escudos, una peana de tronco bifurcado en dos ramas parece hablarnos de la estirpe real en clara vinculación con el árbol de Jesé.
- Imágenes regias: debajo de sus respectivos escudos, y ubicados uno a cada lado, se encuentran las figuras de los patronos del retablo. Los reyes de Castilla Juan II (izquierda) e Isabel de Portugal (derecha), representados en actitud orante en sendos reclinatorios y engalanados de vestiduras doradas, en alusión a su dignidad regia. Cada uno va acompañado de su patrono: el rey Juan II de Santiago Apóstol; la reina Isabel, con la imagen de Santa Isabel con San Juan Bautista niño, su hijo.
- Otras escenas:
- Anunciación: se muestra en esta escena el anuncio del arcángel Gabriel, sorprendiéndole mientras ora. El ángel viste con gran riqueza y es portador de una especie de bastón, como mensajero o embajador de Dios. Encima, Dios Padre envía de entre las nubes al Espíritu Santo.
- Epifanía: María presenta el Niño a los Magos de oriente, que acuden a ofrecer sus dones al pequeño. Jesús abre uno de los cofres (con oro, incienso o mirra) que le presentan de rodillas. San José aparece en un segundo plano, al lado de los dos magos restantes.
- Última Cena: el momento elegido para esta representación es aquel en el que Jesús tiende el pan mojado a Judas, que está a su derecha. Judas aparece significado tomando el pan de la mano de Jesús, mientras que en la otra mano sostiene la bolsa con la recompensa por la traición. María Magdalena unge con perfumes los pies de Cristo bajo la mesa, y el resto de discípulos se representan en torno al maestro.
- Prendimiento de Cristo: Jesús aparece rodeado de los que vienen a llevárselo. Un Judas pelirrojo aparece en la escena, besando a Cristo, mientras que en el suelo está Malco, criado del Sumo Sacerdote, herido por la espada de Pedro.
- Figuras de santos: Entre cada una de las escenas del cuerpo inferior se intercalan figuras de santos separando cada una de las calles. De izquierda a derecha se trata de Santa Catalina de Alejandría, San Juan Bautista, Santa María Magdalena y Santiago el Mayor, vistos asimismo como columnas metafóricas que separan las distintas escenas.
Intervenciones y conservación
Entre los años 2006 y 2007 se llevó a cabo una restauración exhaustiva del retablo a instancias de la Dirección General de Patrimonio y Bienes Culturales de la Junta de Castilla y León. El estudio realizado mostró que la madera había sido agredida con el paso del tiempo por los insectos.
Para asegurar la estructura, se llevaron a cabo intervenciones como reforzar el pie vertical con un larguero suplementario y lo mismo con los pináculos y crestería. También se procedió a eliminar la densa capa de polvo que cubría todo el conjunto por anverso y reverso, y que junto con la humedad, había penetrado en las policromías.