Si deseas llegar a ser una persona espiritual debes, ante todo, cuidar hasta el mínimo detalle de tu hombre interior y guardar silencio, para que oigas la voz de Dios en ti.
Evita toda ocupación y distracción del corazón, y vaca a Dios en la soledad. Mantén tus sentidos alejados de toda vanidad y sé consciente de la presencia de Dios en todo lugar y en todo tiempo.
Habita contigo mismo, permanece siempre en la verdad, en la sinceridad del corazón y en la paz de la conciencia. Siempre manso y humilde de corazón, deiforme en toda tu conducta.
Acepta todas las cosas de manos del Señor y piensa que Dios te ve en todo lo que haces.
Persevera siempre en un humilde sometimiento a Dios, pero también al prójimo por amor a Dios.
Lanspergio (+ 1539) Enchiridion militiae christianae