Es una experiencia muy común. Ya lo experimento santa Teresa: ”El entendimiento e imaginación entiendo yo es aquí lo que me daña, que la voluntad buena me parece a mí que está y dispuesta para todo bien; mas este entendimiento está tan perdido que no parece sino un loco furioso, que nadie le puede atacar, ni soy señora de hacerle estar quedo un credo.

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